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18 November 2014

La crisis del ébola ha puesto en duda la calidad ética existente en España

España acaba de vivir la que posiblemente haya sido la mayor crisis de salud pública de los últimos tiempos al registrar el primer caso de ébola en Europa contagiado fuera de África. Una vez superada esta situación, no queda más que aprender de lo sucedido para mejorar ante posibles situaciones similares. Por ello, la Cátedra ASISA-Universidad Europea ha llevado a cabo el encuentro La enfermedad del ébola en España: salud pública, ética y comunicación. “Hemos llevado a cabo esta jornada porque nos parecía relevante abordar y evaluar, precisamente en estos momentos, desde tres puntos de vista diferentes, salud, ética y comunicación, lo acontecido en este tiempo”, ha afirmado Águeda Benito, Rectora de la Universidad Europea.

Por su parte, el presidente de ASISA, el Dr. Francisco Ivorra, ha destacado que: “el Aula de Gestión Sanitaria de la Cátedra ASISA-Universidad Europea se caracteriza por abordar temas del máximo interés en el ámbito de las Ciencias de la Salud con el objetivo de fomentar el debate en busca de soluciones que mejoren nuestra capacidad y nuestra eficiencia”. Además, el Dr. Ivorra ha resaltado que “el nivel de los ponentes que han participado en la mesa redonda nos ha permitido obtener unas conclusiones muy interesantes para ser más eficaces en el tratamiento de crisis que conjugan aspectos sanitarios con una importante dimensión social”.

En este sentido, durante el tiempo que ha durado la situación, las páginas de los periódicos, de los medios digitales, las radios y televisiones, se han llenado con información de la enfermedad. La preocupación ciudadana era máxima, al igual que lo era el desconocimiento. Fernando González Urbaneja, periodista y miembro de la Comisión de Arbitrajes, Quejas y Deontología del Periodismo de la Federación de Asociaciones de Periodistas, opina que “el tratamiento de los medios de comunicación fue razonable dada la situación, con algunos excesos que son frecuentes en situaciones de ese tipo”.

Lo que fue desde su punto de vista “un desastre, y que ha propiciado en ocasiones información tremendista y desenfocada por parte de los medios”, ha sido la gestión informativa de esta crisis que ha llevado a cabo el Gobierno y la Consejería de Sanidad de Madrid. Según indica, “la rectificación de mediados de octubre, tras semanas y meses sin comunicación de algún tipo, evitó que fuera una mayor catástrofe, pero el daño quedó hecho. El error fundamental fue la improvisación, el olvido de los manuales más elementales de gestión de crisis: no hubo autoridad, ni procedimiento; los interlocutores fueron confusos, poco preparados y la estrategia informativa inexistente”.

Ante esta situación, a través de la jornada ha quedado claro que “no se puede improvisar, hay que preparar estrategias, interlocutores capaces, personas idóneas, cualificadas, ordenar el tráfico informativo, articular web específicas con abundante información bien preparada y documentada. Intentar adelantarse y esmerarse en la transparencia para ganar credibilidad. En resumen, ir por delante”.

El experto opina que “sería urgente abrir un debate con las televisiones, liderado por los servicios informativos, para que elaboren sus propios manuales de tratamiento del dolor, de la enfermedad y las catástrofes”.

El aprendizaje desde el punto de vista de la ética

Por su parte, Benjamín Herreros, Director del Instituto de Ética Francisco Vallés de la Universidad Europea piensa que “mezclar todo y sacar la víscera no ayuda a pensar y sacar buenas conclusiones. Todo ha de analizarse con tranquilidad y cada uno de ellos por separado, como hacemos hoy aquí, aunque se vean las posibles relaciones que hay entre ellos: por ejemplo, entre el traslado de los misioneros y el caso de ébola”.

Una de las principales conclusiones que saca el experto con lo sucedido es que “se ha puesto en cuestión la “calidad ética” de nuestro país, pero a muchos niveles, desde el político hasta el de la ciudadanía. Ante una situación de crisis como la vivida, el ser humano saca lo mejor y lo peor y hemos podido ver ambas cosas”.

Por ello, según opina, de lo sucedido “debemos aprender en primer lugar, que no estamos solos en el mundo y que una muerte en África tiene tanto valor como una muerte en Madrid o en París. Aunque de  hecho no sea así. Por otro lado, que ante una situación nueva y de riesgo sanitario, quienes tienen que liderar las acciones son los profesionales, y la política debe quedar en un segundo plano. La política no debe intentar capitalizar los éxitos ni tampoco hay que llevar al terreno de la confrontación política cada cosa que afecte a la esfera pública. En esto tienen responsabilidad los partidos políticos, pero también los medios de comunicación. Y por último, que el rigor y la serenidad deben ser prioritarios ante problemas de salud pública”.

La perspectiva médica

Asimismo, esta jornada ha contado con la participación del Dr. Ángel Gil, Médico Vicerrector de Cooperación al Desarrollo, Voluntariado y Relaciones Institucionales de la Universidad Rey Juan Carlos y Catedrático de Medicina Preventiva y Salud, quien ha abordado el punto de vista de salud pública. En su opinión como experto, ha comentado a lo largo de esta jornada que “en medicina estamos acostumbrados a estar siempre atentos y dispuesto a aprender, y al igual que en otras situaciones en esta se hará lo mismo”. De hecho, ha expuesto que “nuestro país ahora ya cuenta con los medios necesarios para enfrentarse a una crisis de esta magnitud”.

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