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23 October 2014

La integración en los sistemas de salud, la igualdad asistencial y el eprsonal sanitario, principales problemas de los profesionales que trabajan en las prisiones

Según datos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, actualmente en España hay cerca de 70.000 reclusos, de los cuales en torno al 40% padece un trastorno mental, el 22,4% está afectado de Hepatitis C y el 6,3% tiene VIH. Estos son algunos de los datos proporcionados hoy durante la presentación del X Congreso Internacional y XVII Jornadas de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP), que se celebra en Barcelona del 23 al 25 de octubre.

Bajo el lema Nuevos retos, afrontando el futuro cerca de 300 profesionales sanitarios, tanto del ámbito penitenciario como de la atención comunitaria, se dan cita con el objetivo de intercambiar experiencias y conocimientos en materia sanitaria y trabajar juntos por una mejora de la sanidad penitenciaria española.

Complicada situación de la sanidad penitenciaria en España

La sanidad penitenciaria española es un sistema de garantía formado por 312 médicos, 458 enfermeros y 118 auxiliares de clínica (concretamente, en Cataluña son 70, 180 y 100, respectivamente).
El sistema permite ofrecer al interno una atención equivalente a la prestada en la comunidad, y el nivel alcanzado es elevado y reconocido internacionalmente, “en la actualidad la Sanidad Penitenciaria se encuentra en una situación complicada”, explica el Dr. Antonio López Burgos, presidente de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP).

En este sentido, el Dr. López comenta que “el sistema sanitario penitenciario se ha quedado obsoleto y aislado para afrontar los nuevos retos a los que nos enfrenta la actual situación de crisis financiera”.
“Esta crisis pone de manifiesto las carencias del sistema y, pese al esfuerzo de profesionales y autoridades, se puede poner en peligro el principio de equidad en la asistencia sanitaria de las personas ingresadas en prisión con respecto a aquellas que no están privadas de libertad”.

Además, el presidente de la SESP puntualiza que “en determinados centros de reciente creación no hay personal sanitario suficiente, lo que provoca que se den dificultades para cubrir las guardias y las vacaciones de los sanitarios”.

Por otra parte, desde la SESP se quiere reivindicar la igualdad asistencial y  terapéutica de sus pacientes, por ejemplo en el caso del acceso al tratamiento de la Hepatitis C con los nuevos antivirales de acción directa (AAD).

El Dr. Carlos Gallego, presidente del comité organizador del Congreso, coincide con el Dr. López al afirmar que “la falta de personal sanitario, de una política dependiente de la estructura penitenciaria, así como la disminución de las plantillas, nos está llevando, a los profesionales sanitarios, a un desgaste excesivo y a una falta de motivación preocupante”.

Integración de la sanidad penitenciaria en los sistemas de salud de las CCAA

Con el objetivo de mejorar la situación de los profesionales sanitarios y de la atención sanitaria en las penitenciarías españolas, uno de los principales objetivos de la Sociedad, y por los que lleva años luchando, es la integración de todos los servicios sanitarios penitenciarios en los sistemas de salud. En la actualidad, la sanidad penitenciaria está integrada en el organigrama del Ministerio del Interior, dependiente de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, a través de la Subdirección General de Coordinación de Sanidad Penitenciaria.

El Dr. López Burgos declara que le gustaría “hacer una llamamiento a las autoridades sanitarias de las Comunidades Autónomas que aún no han reclamado esta competencia, así como al Ministerio del Interior, para que aceleren los procesos de transferencia de la Sanidad Penitenciaria a sus respectivos sistemas de salud”.

En este sentido, el Dr. Gallego explica que “desde el pasado 1 de octubre, los sanitarios de las prisiones catalanas hemos dejado de pertenecer al Departamento de Justicia y nos hemos integrado en el Instituto Catalán de Salud, tal como establecía la ley de Cohesión y Calidad del año 2003. Actualmente estamos en el inicio de esa integración y cada centro penitenciario es considerado como un Centro de Atención Primaria y depende de las Áreas Básicas de Salud”.

Cataluña es la segunda Comunidad Autónoma que se integra en el departamento de Salud, ya que hasta ahora solo se había conseguido País Vasco. “El ejemplo catalán y sobre todo el vasco, -afirma el Dr. López Burgos- que se ha completado en menos de un año, son modelos a seguir para el resto de Comunidades”.

La prisión significa para muchos el primer contacto con la sanidad
Tal y como explica el Dr. Gallego, “a través de este congreso buscamos actualizar los conocimientos sobre las enfermedades más prevalentes en prisión, como son las enfermedades infecciosas, la salud mental, una de las más prevalentes en la actualidad, las enfermedades emergentes (dado el aumento de población extranjera), o las drogodependencias”. En este sentido, un 79,7% de las personas que ingresaban en prisión manifestaban haber consumido drogas en el mes anterior a su ingreso.

El presidente del comité organizador apunta que “la organización de un evento de estas características es una necesidad y una demanda de los propios profesionales de la salud del ámbito penitenciario pues ayudan a su formación continua, lo que repercute en el beneficio de los presos”.


Ambos expertos confirman que todo ello resulta de gran importancia ya que en muchos casos, el primer contacto que se produce entre los reclusos y el sistema sanitario se da, precisamente, en prisión. “Los presos son parte de nuestra sociedad y aunque en un momento dado estas personas se encuentran privadas de libertad, tarde o temprano regresarán a la comunidad, por lo que es interés de todos que salgan de prisión con buenos hábitos y con un buen estado sanitario” señala el Dr. López Burgos.

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