El ictus isquémico o infarto cerebral
es la tercera causa de muerte en el mundo y la primera de invalidez
permanente, lo que acarrear un alto coste socio-sanitario. La tendencia en
los próximos años -aumento en la expectativa de vida. con una incidencia
estable de ictus y con una mortalidad en descenso- prevé un incremento de los
sobrevivientes con discapacidades neurológicas, haciendo de ese modo
imprescindible encontrar estrategias terapéuticas que disminuyan la
discapacidad.
Esta investigación ha sido uno de las
cuestiones tratadas durante la reciente reunión celebrada en Málaga por el
Grupo de Trabajo de Neurovascular de la Sociedad Andaluza de Neurología (SAN),
en cuyo seno se encuentran los neurólogos responsables de un ensayo clínico con
células madre efectuado en 2012 con un pequeño número de pacientes del
Hospital Virgen del Rocío (Sevilla) y en el que se demostró la
seguridad de este tratamiento.
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